Annie Ernaux, el mar y los diecinueve años

«El tiempo se encoge ante mí. Forzosamente habrá un último libro, como hay un último amante, una última primavera, pero ningún signo que me lo indique. La idea de morirme antes de escribir lo que desde hace tanto tiempo llevo nombrando «la chica» me obsesiona. Un día ya no quedará nadie para acordarse. Lo vivido por esa chica, ninguna otra lo recordará, quedará inexplicado, vivido para nada.»

En la foto, ‘la chica’, mi yo de diecinueve, quizá, ya poco más que un fantasma.
Los hombros que me sostienen son los mismos que me sostienen todavía hoy (cuando necesito sentirme sujeta a algo).
La cámara que hizo la foto, un cartón recubierto de plástico que vendían en las tiendas de souvenirs, un carrete del que apenas pudimos rescatar tres fotografías.
Los años parecen evaporarse y llegan y se marchan sin pedir permiso, sin entregar nada a cambio, porque no nos deben nada.
El mar, uno de los más bellos, el de Menorca.
La frase, de Annie Ernaux.
Ernaux de nuevo.

Posted in -