
Hoy publico en Algunos Libros Buenos.
A menudo, uno da las gracias casi sin darse cuenta: al cajero del supermercado que sonríe, a la panadera que te guarda la barra más tostada, al vecino que aguanta la puerta del ascensor, a la bibliotecaria que te reserva las novedades, a la farmacéutica que recuerda la alergia de tu hijo, al taxista que te desea un feliz día.
Otras veces, en cambio, la gratitud es una deuda moral, un acto del que tomamos plena conciencia y que, no en pocas ocasiones, resulta difícil a pesar de que sintamos la imperiosa necesidad de llevarlo a cabo.
Y sobre esta segunda forma de gratitud habla la escritora francesa Delphine de Vigan (Boulogne-Billancourt, 1966) en su última novela. Dice de Vigan que es fácil dar las gracias, pero no tanto expresar gratitud. Y es eso lo que le ocurre a la anciana protagonista de esta historia, quiere expresar esa gratitud antes de irse, necesita dar las gracias de forma visceral, con el corazón, con el estómago, con la piel (que supongo que es la única manera de dar las gracias de verdad).
Una respuesta a “LAS GRATITUDES”
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