
*Nueve días hemos estado en Barcelona sin ver el cielo. Nueve. Y he tenido por primera vez la sensación de que Barcelona no es infinita. Cantaba Serrat que mil perfumes y mil colores, mil caras tiene Barcelona, y quizá lo que ocurre es que anda últimamente disfrazada, escondida bajo una máscara y no quiere dejarse ver.
*Después de varias lecturas fallidas (a veces ocurre, andas buscando algo que en realidad no sabes qué es, algo que quizá ni siquiera existe) he llegado a A.M. Homes, una autora que hasta ayer era una completa desconocida para mí. Y estoy inmersa en la lectura de Este libro te salvará la vida (Anagrama, 2007). Creo que es justo la voz que andaba buscando hace tiempo, lo que necesitaba leer y, además, en la primera página hay una de esas frases capaz de sentenciar lo que ocurre hoy (un año después) aquí y en el resto del mundo: Hoy nada es igual y sin embargo es exactamente igual y nunca volverá a ser lo mismo.
*Muchas personas dicen que el año en realidad comienza cuando llega la primavera (otras, en cambio, sostienen que es en septiembre, cuando finaliza el verano y los días felices se desintegran conforme el frío se nos instala bajo la piel). Para mí, los inicios de las estaciones son siempre pequeños inicios de año. Diminutas ventanas que nos dicen que siempre estamos a tiempo de comenzar de nuevo.
*La hija adolescente de una amiga le recomendaba el otro día a su madre que si quería estar «in» (o lo que los que crecimos viendo barrio sésamo durante el desayuno llamamos «estar en la onda«), tenía que escuchar el gran éxito del momento, It’s Friday then it’s Saturday, Sunday (what!). Mi amiga, bajo la perpleja mirada de su hija, no solo tarareó en un perfecto inglés el pegajoso (y alegre) estribillo, sino que le dijo que con esa canción había cogido su primera borrachera. Lo «in» es un viaje siempre de vuelta.
*Les dejo un fragmento de Javier Cercas sobre la lectura: leer por entretenimiento está muy bien, leer para no ser un cretino está muy bien. Pero la única forma seria de leer es leer como quien reza, como quien llora, como quien pelea por su pellejo en cada frase, en cada adjetivo y en cada coma.
Y si son de los que leen como quien reza, recen a Cercas, y a Woolf, recen a Milena Busquets y a Carver, a Proust, a Flaubert, a Perec, recen a Vila-Matas, y a Alejandro Zambra y a Delphine de Vigan y a Cristina Fernández Cubas, también a A. M. Homes. Recen literatura y miren al cielo, que ya casi es primavera y todo puede comenzar de nuevo. Recen porque todavía nos quedan los Fridays y los maravillosos adolescentes que creen (porque es lo que tienen que creer) que el mundo a nacido con ellos.